Esta investigación ha tenido como objetivo analizar los retratos realizados por tres generaciones de fotógrafos en su trabajo concentrado en el Estudio Fotográfico De Luna en Aguascalientes, con un archivo que comprende los negativos de su producción desde 1948 hasta 2008, lo que ha permitido plantear este trabajo para identificar aquellas formas que permanecieron, así como las que se transformaron en las imágenes, entendiendo que existe una relación compleja con el mundo social y cultural que las hace posibles. Dada la dificultad de historiar los materiales fotográficos, más aún al tratarse de los retratos más comúnmente llevados a efecto, y paradójicamente menos estudiados, había que proponer, además como un ejercicio propio de los estudios socioculturales, el abordaje teórico-metodológico para el análisis.
Gracias al estudio historiográfico necesario para cualquier investigación que desee participar de la perspectiva histórica, se hizo posible plantear el estudio con la historia de la imagen, a partir de los trabajos de Hans Belting, quien reúne la historia con la antropología, y Georges Didi-Huberman, ambos historiadores contemporáneos de la imagen, donde este último recupera los planteamientos de autores que fueron capaces de reconocer la centralidad de las imágenes para la historia y que proponen construir metodologías tanto más abiertas como complejas, ante otras tradiciones más identificadas como historia del arte, dentro de la que las imágenes seleccionadas para esta historia no han tenido lugar.
Aunque los planteamientos desde los estudios que se centran en la imagen podrían ser suficientes para una investigación que observa una imagen o una secuencia de éstas, se presentó la necesidad de contar con ciertas variaciones en el enfoque del que provienen; asimismo, de autores que han sintetizado y han tratado de dar respuesta a las discusiones dentro de la historia y de las ciencias sociales para la historia que, aun sin ser específicas para el estudio de las imágenes visuales, aportaron herramientas fundamentales, tales como la microhistoria italiana, la nueva historia cultural y la historia social, con empleo de conceptos vinculados al estudio de las infancias, la familia y el género dentro del análisis de los retratos. El ejercicio de analizar dichas variaciones y reunirlas para la metodología, a la vez de permitir hacer el examen de los materiales fotográficos, da la oportunidad de presentar esta investigación como una propuesta teórico-metodológica desde los estudios socioculturales para la historia de la imagen.
El conjunto de fotografías guarda una riqueza que cuestiona el desdén que, en ocasiones, pudiera presentarse ante este tipo de retratos, quizá porque, paradójicamente, el que cada uno de nosotros tenga por lo menos uno en propiedad pudo llevar a considerarlos comunes y sin otro valor que la nostalgia. Se espera, entonces, que este trabajo dedicado a la memoria y las imágenes despierte algún entusiasmo en diversos lectores, para detenerse en ver que con cada gesto, por pequeño que sea, tomamos parte de las percepciones, de las interpretaciones del mundo, y con ellas, en efecto, se posibilita la alteración de sus formas.
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